No se si sepan, que siempre se me dio bien el arte de las manualidades, puedo alcanzar variados resultados en materiales como el carton, mezclandolo con un poco de electronica basica, basada en motores, luces, etc, siempre me gusto hacer muñecos que simulen estar vivos, que corrieran, por ejemplo que tengan luces, que muevan la mano, que saluden, etc. Siempre apuntando a mi mundo de fantasias en el cual vivi muchisimo tiempo. Aqueya abrstraccion que me habia salvado tantas veces, la extrañaba, decidi adentrarme a los recovecos de mis cajones, que datan de absolutamente toda mi vida.
Miro impaciente la hoja en blanco de papel, no entiendo la consigna.
No hay nada escrito.
Las ganas de manchar ese papel con el fluir de mi ser son incontrolables.
Nada hay dentro mio para volcar.
Cansado de dar vueltas en espiral miro esos cajones y me producen cierta nostalgia, busco material.
Busco lo que no veo.
Y cuando cierro los ojos encuentro lo que no quiero ver.
Nada hay ahi para recrear.
Mi sentir se precipita y vuelve a volatilizarse.
Las lagrimas se secan con el tiempo.
Todo lo que nos pasa es anecdotico. El mundo no se detiene y las cosas simplemente siguen fluyendo. Los recuerdos se convierten en una mera imagen atemporal de nuestra vida.
Aferrarse a cosas tan etereas nunca fue la solucion. Nunca la sera. Cuanto dolor producen, y a la vez nos hacen tan felices.
Hoy entiendo que no todo puede construirse de carton.
No hay comentarios:
Publicar un comentario